La dieta mediterránea es una forma de alimentación saludable que se da principalmente, y como su propio nombre indica, en países de la cuenca del Mar Mediterráneo. España e Italia son en los que más se practica este tipo de dieta.
La principal palabra que se relaciona con la dieta mediterránea es la de «salud». No en vano, es una de las dietas más sanas. El motivo es que se relaciona con la ingesta de alimentos totalmente saludables y la reducción de hidratos de carbono.
Características de la dieta mediterránea
Las principales características de esta forma de alimentación son las siguientes:
- Consumo de aceite: El aceite es la base de la dieta mediterránea, tanto en su consumo a la hora de cocinar como en crudo.
- Uso de productos vegetales: El consumo de alimentos de origen vegetal es otra de las máximas de esta dieta. Algunos ejemplos son las legumbres o los arroces.
- Limitar el uso de productos animales: Aunque los productos vegetales sean la base de la dieta mediterránea, no significa que no se puedan consumir los de origen animal. Eso sí, se deben utilizar con moderación. Los huevos y la leche son dos ejemplos.
- El pescado, pieza clave: Hay un producto animal que debe ser también una pieza mas que clave de la dieta mediterránea. Hablamos del pescado, ya sea blanco o azul. De hecho, es recomendable que esté presente tres veces a la semana.
- Evitar los productos procesados: Los alimentos ya preparados, ya sean dulces o salados, están prohibidos.
- Consumir alimentos integrales: Para desayunar, los cereales integrales o el pan integral son una más que recomendable opción. La pasta integral y el arroz integral también pueden consumirse sin problemas. Además, favorecen al metabolismo.
- Las frutas y verduras, más importantes que nunca: El resto de la dieta mediterránea debe estar protagonizada por las frutas y verduras debido a sus cualidades nutritivas.
- La leche, mejor desnatada: Una de las máximas de la dieta mediterránea es la baja ingesta de grasas. Por tanto, la leche debe ser desnatada, los yogures naturales y el queso, blanco y bajo en grasa.
- Y de beber, agua y vino: Aunque sea alcohol, un poco de vino en las comidas es una opción más que saludable. El agua, y no otros alcoholes o refrescos azucarados, debe acompañar siempre a todas las comidas.
La dieta mediterránea es una opción más que saludable para cuidar nuestro cuerpo. Eso sí, siempre debe acompañarse de ejercicio físico. Solo así se podrán disfrutar del 100% de todos los beneficios de esta joya de la gastronomía.